Autor: Arturo Botia Gil
Licenciado en Ciencias sociales, estudiante de maestría en educación con énfasis en Ciencias sociales, ética y política, docente de la SED.
El imperialismo no improvisa,
el imperialismo ha creado un centro para construir sus nuevas formas de
colonialismo y así poder explotar a los millones de hombres y mujeres, saquear
los recursos naturales y controlar las sociedades. Esta organización es la que
dirige el noventa por ciento (90%) de “ayuda” para el desarrollo del sistema
capitalista a nivel mundial que se traduce en préstamos, apoyo militar e
inversiones; de este modo se hace necesaria para los intereses de los
capitalistas de cada país dependiente.
La Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tiene su origen en la Organización
Europea para la Cooperación Económica (OECE), que se creó en 1948 con el apoyo
de los Estados Unidos y Canadá para coordinar el Plan Marshall después de la
segunda guerra mundial (donde los Estados Unidos y Canadá logran posicionarse
como las potencias económicas que hoy conocemos y poder tener un frente contra
la expansión del comunismo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
(URSS). En 1961 fue reemplazada por la OCDE.
Los países miembros de dicha
organización deben tener una democracia pluralista y una economía de mercado
comprometidos con la globalización donde se planteen unos desafíos económicos,
sociales y de gobernanza.
La democracia pluralista, la
democracia donde gobiernan las élites de cada país, la corrupción, los
asesinos, las mafias del crimen, la democracia representativa, no es por lo que
luchamos nosotros (el movimiento popular), nosotros buscamos una democracia
directa, el poder popular, donde podamos ser los protagonistas de nuestro
propio destino. La economía capitalista no le da una respuesta a la crisis que
viven nuestros pueblos, nos somete a la miseria, a la degradación de la
humanidad y destruye la naturaleza, por lo cual, es necesario construir un
modelo diferente donde los seres humanos vivamos dignamente sin destruir
nuestro medio ambiente.
La globalización es la nueva
forma de colonialismo, donde se impone un modelo hegemónico para acabar con las
diferentes formas de entender y relacionarse con el mundo, de someter a los pueblos
a los intereses de las grandes multinacionales, de hacer creer que la única sociedad
posible es la capitalista, y que esta resuelve las crisis de las sociedades,
mientras se apropia de los recursos y aísla de la sociedad a millones de
personas sometiéndolas a la indigencia y a la sobrevivencia, a la muerte.
La OCDE cuenta con un Consejo
que está en París el cual tiene una Secretaría General que también preside el Consejo
y cuatro secretarías generales adjuntas que cuentan con 2.500 miembros. El
consejo se divide en comités especializados en política pública con 200 comités
y más de 40.000 miembros, los idiomas oficiales de la OCDE son el inglés y el
francés.
Su financiamiento depende de
un porcentaje del tamaño de la economía de cada uno de sus países miembros,
Estados Unidos aporta el veinticinco por ciento (25%), seguido por Japón con un
total de 340 millones de Euros anuales.
La ciencia no es neutral, la
ciencia es construida para satisfacer unos intereses particulares, en este caso
los intereses del capitalismo y su globalización, su imposición en el resto del
mundo, por esto es necesario construir una ciencia propia, una ciencia nueva que
responda a nuestros intereses, a esa nueva sociedad que queremos construir.
El Método que emplea la OCDE pasa
por los siguientes pasos: recopilación de datos y análisis (250 nuevos títulos
por año), discusión colectiva de políticas públicas, la toma de decisiones y su
implementación, la evaluación mutua de los gobiernos, la vigilancia
multilateral y la presión colectiva y acuerdos mediante los cuales sus países
miembros aceptan las reglas de juego para aplicar en materia de cooperación
internacional.
La estructura de la OCDE es
por comités y estos son: Desarrollo; Economía y Crecimiento; Educación; Empleo
y Cohesión Social; Energía; Medio Ambiente; Empresariado y Desarrollo Local;
Asuntos Financieros y Empresariales; Gobernanza Pública y Desarrollo
Territorial, Ciencia, Tecnología e Industria; Estadística; Fiscalidad; Comercio
y Agricultura.
El Comité de Desarrollo apoya
al Directorio de la Cooperación para el Desarrollo (DCD) en la construcción de
políticas para el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD, 23 países miembros) en el
programa de Ayudas Públicas al Desarrollo (APD) quien ejecuta el noventa
porciento (90%) de la ayuda que se realiza en el mundo.
El Comité de Economía y Crecimiento,
proporciona un marco general para identificar las prioridades estructurales que
deben atender los gobiernos, evalúa las implicaciones de extensas gamas de
cuestiones estructurales desde una perspectiva amplia de la economía. Hace trabajos
sobre: Consecuencias económicas del envejecimiento, política del mercado
laboral, el gasto público, la educación, el sistema de salud, la migración, la
innovación, las competencias de productos de mercado, el desarrollo de los
mercados financieros, las barreras al comercio internacional en servicios, la
inversión extranjera directa y los efectos de la globalización.
El Comité de Educación
busca tener una enseñanza de gran calidad para todos, contribuir al desarrollo
personal, el crecimiento económico sostenible y la cohesión social. El Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA
por su sigla en inglés) evalúa los “niveles de
competencia”; de este comité hace parte el Centro para la Investigación
y la Innovación Educativas, que se dedica a las tendencias de investigación a
largo plazo.
El Comité de Empleo y Cohesión
Social, maneja como principio que el alto nivel de desempleo, la exclusión y la
pobreza afectan a la sociedad y pueden minar la economía; trabaja los temas de
empleo y capacitación, salud, migración internacional, asuntos sociales y
presta especial vigilancia al empleo y al salario.
El Comité de Energía asesora a
la Agencia Internacional de Energía (AIE) creada después de la crisis del
petróleo de 1974, cuenta con 26 países miembros. Fundada en gran parte por la
necesidad de controlar un sistema compartido de energía en casos de
interrupciones de la misma. Sus objetivos son: Buscar los medios para mejorar
los abastecimientos energéticos y procurar la utilización racional de la
energía e integrar las políticas energéticas y ambientales, así como establecer
el diálogo entre productores y consumidores de energía. También asesora a la
Agencia Para la Energía Nuclear (AIE) con 28 países miembros. Su misión es ayudar
a mantener y desarrollar mediante la cooperación internacional, las bases
científicas, tecnológicas y legales indispensables para utilizar de manera
segura y ecológica la energía nuclear con “fines pacíficos”. Temas: La
seguridad nuclear y la regulación, el manejo de desechos radiactivos, la
protección radiológica y la salud pública, la ciencia nuclear, la economía, los
recursos, la tecnología y los asuntos legales.
El Comité de Empresariado y
Desarrollo Local cuyo objetivo es promover las pequeñas y medianas empresas en
una sociedad capaz de innovar, crear empleo y aprovechar las oportunidades que
ofrece la globalización.
El Comité de Medio Ambiente
ayuda a diseñar e implementar políticas eficaces y efectivas para hacer frente
a los problemas ambientales, como gestionar los recursos naturales de manera
sustentable motivando esquemas de consumo sostenible e interacción entre el
medio ambiente y los retos económicos, sectoriales y sociales. También armoniza
las metodologías para evaluar la seguridad de los productos de biotecnología
modernos, con temas como el comercio y la inversión, la agricultura, el
transporte, el cambio climático y los impuestos relacionados con el medio
ambiente.
La Comisión de Asuntos Financieros
y Empresariales cuyos objetivos son: analizar las tendencias, combatir la
corrupción, asegurar la inversión extranjera y dar los estándares para el
comportamiento de las empresas multinacionales. Asesora al Grupo de Acción
Financiera (FATF, por su sigla en inglés), concibe y promueve políticas para
combatir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.
La Comisión de Gobernanza
Pública y Desarrollo Territorial que tiene como principio: una gobernanza
pública buena y eficaz contribuye a fortalecer la democracia, favorece la
prosperidad económica y la cohesión social. Sus objetivos son: mejorar la
eficacia de los gobiernos, promover a largo plazo los valores de gobernanza de
la sociedad, investigar cómo el gobierno gestiona el sector público (cómo
mejorar la calidad de los servicios públicos y se esfuerza por hacer más
congruente la implementación de políticas; promueve la innovación en políticas
de desarrollo territorial y ayuda a los gobiernos a mejorar la actual transición
de otorgar subsidios para la competitividad territorial). Sus temas son:
presupuesto y gestión, diseño de políticas públicas, reformas regulatorias,
gestión de recursos humanos, gestión de conflicto de interés, e-gobierno,
políticas territoriales en áreas rurales y urbanas, indicadores y
territoriales.
La comisión de Ciencia,
Tecnología e Industria tiene como principio que los avances científicos están
revolucionando la industria. Examina las condiciones de competitividad
industrial y del crecimiento productivo, así como la implementación de cadenas
globales de valor. Estudia cómo estimular la ciencia y la innovación para
mejorar la contribución de la propiedad intelectual al crecimiento económico y
promover la eficacia de la investigación y el desarrollo, además de vínculos
entre industria y ciencia. Refuerza la protección del consumidor, la confianza
del usuario de Internet, áreas de construcción naval y del acero y concluye
acuerdos para limitar la ayuda pública.
La Comisión de Fiscalidad, promueve:
la negociación, la aplicación de tratados fiscales, precios de transferencia e
intercambio efectivo de información. Estudia el impacto fiscal en el
funcionamiento de los mercados laborales.
La Comisión de Comercio y Agricultura
tiene como objetivo el diseño e implementación en políticas de comercio y
agricultura. Sus fines son la liberación progresiva de la Organización Mundial
del Comercio (OMC) e impulsar la cadena de gestión de suministros (SCM en
inglés). Estudia áreas como los servicios y la facilitación del comercio y el
impacto. Crea las nuevas reglas para el comercio acerca del medio ambiente, la
competencia y la política de inversión.
La OCDE busca reforzar los
gobiernos de derecha de América Latina, defender y favorecer a los grupos
poderosos de industriales y de comercio, combatir a los países socialistas o
con estas inclinaciones al igual que a los grupos revolucionarios del cambio
social y económico, fomentar una política de violencia racionalizada, dar un aparente
respaldo al desarrollo de los pueblos, exigir la homogenización del hemisferio
occidental que es la defensa de la seguridad interna y externa de los intereses
particulares de aquellas minorías, generar una mayor dependencia, impulsar una
política de intereses mutuos (problemas comunes, beneficios comunes, mutualidad
de actividades y relaciones especiales).
Las reformas que se están
llevando en Colombia tienen este interés, el de materializar las políticas de
la OCDE que permiten una mayor presencia de las multinacionales en nuestro
territorio y por consiguiente en el mejor de los casos una mayor explotación
para nuestros pueblos, en el peor, el aislamiento de gran parte de la sociedad que
no cabe dentro de este nuevo modelo de capitalismo, como es el caso de los
pobladores de las calles, los jóvenes y cientos de desempleados cuya única
opción es la organización y la lucha.
El papel de los intelectuales
comprometidos es ponerse al servicio de su pueblo y junto con él construir la
ciencia que permita la transformación social; nuestras luchas no se pueden
parar en la visión de la ciencia del imperialismo, es necesario
construir nuestra propia ciencia, que transforme este sistema de miseria y
hambre.
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